A lo largo de todo el Parque Natural del Alt Pirineu podemos observar bonitos paisajes pirenaicos formados por un mosaico de bosques, pastos y prados de siega resultado de la actividad tradicional de la ganadería extensiva desarrollada por sus habitantes desde tiempos inmemoriales.
Labor que se ha realizado con razas de ganado locales adaptadas a las montañas del Alt Pirineu, como las auvelles xisqueta y aranesa, la cabra pirenaica, el caballo catalán pirenaico y las vacas bruna de los pirineos y pallaresa.
A su vez, esta actividad ganadera desempeña un papel muy importante en la conservación de los hábitats de pasto y prados de siega, que dan refugio a numerosas especies de flora, hongos e insectos. Conviviendo también con numerosas especies protegidas cómo el oso pardo o el quebrantahuesos.
Para continuar manteniendo este frágil equilibrio es importante valorar su trabajo, y por ende, consumir los productos que se derivan de su actividad. Pueden ser productos alimentarios cómo carne, embutido y productos lácteos y también artesanos cómo lana o prendas textiles fabricadas con este material.
A continuación os dejamos información que os permitirá conocer un poco más nuestras razas y sus características:
Este folleto está editado únicamente en catalán. Para ampliar información, podéis consultar el siguiente enlace.
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Origen: es incierto, l’ovella aranesa (Ohela Aranesa) aparece documentada por primera vez el año 1979 para referirse a la población ovina autóctona del Vall de Aran.
Muy emparentada con su vecina francesa Tarasconesa propia de los Pirineos Centrales Franceses.
Censo: es reducido, se distribuye en poco más de 2.000 ejemplares.
Descripción de la raza: Los individuos que conforman esta población son muy rústicos, de formato subhipermétrico, proporciones longilíneas y dimorfismo sexual bien definido.
Tienen una cabeza fuerte, de perfil frontal subconvexo y con presencia de baños en ambos sexos; generalmente en arco o enroscadas en espiral, y de sección triangular. La lana generalmente es blanca y del tipo entrefín, aunque también existen otras variedades de color. Los individuos de la variedad blanca son mayoritarios (87%), seguidos de los negros (5%) y capiroi (5%). El 3% restante corresponde a las variedades berete, mascarada y oelhinera.
Las extremidades son largas y robustas, con anchos garrones y trabadores cortos, uñas duros y buenos aplomos. La raza tiene marcados rasgos carniceros y se explota, generalmente, de forma semiextensiva para la producción de corderos, de un peso vivo final aproximado de 22 a 24 kg. Los marranes suelen pesar de 80 a 100 kg y las hembras de 50 a 70 kg.
El año 2004 se creo la Associació de Criadors d’Ovi de Raça Aranesa.
Origen: juntamente con la oveja Ojaladada, la Ojinegra de Teruel y la Montesina, derivan del tronco ancestral del Ovis aries ibericus, conformando todas ellas el Tronco Ibérico. Podemos situar sus núcleos originales en el Valle de Muntanyet y la Vall Fosca.
Censo: unos 17.000 ejemplares.
Descripción de la raza: posee las características típicas del tronco ibérico, del que desciende. Son animales de formato eumétrico, plástica longilinia-mediolínea, y perfil frontonasal subconvexo, algo más acentuado en los machos. Ambos sexos sin baños. El color de la capa es blanco uniforme, con la pigmentación centrífuga típica del tronco ibérico, con degradaciones en negro o marrón oscuro en alrededor de los ojos, orejas, morro y parte distal de las extremidades. La plana es blanca y del tipo entrefín.
Se explotan, generalmente, de forma extensiva tradicional para la producción de corderos, con un peso vivo aproximado de 22 a 24 kg. Los marranes suelen pesar de 60 a 65 kg (con una altura media en la cruz de 77 cm) y las hembras de 45 a 50 kg (con una altura media en la cruz de 70 cm). Son ovejas muy rústicas y con un instinto maternal muy desarrollado.
El año 1996 se creó la Associació Catalana de Criadors d’Oví de Raça Xisqueta.
Origen: La raza caprina Pirenaica debe su nombre a los Pirineos, lugar donde se formó a partir de los caprinos llegados a España procedentes de Europa Central y asentados en esta zona. Se considera que la raza Pirenaica actual es una forma derivada de la Capra aegagrus de origen netamente europeo. A su llegada a España se localizó en los Pirineos Atlánticos u Occidentales, desde donde posteriormente se difundió a los macizos montañosos del Norte y Centro de la Península.
Censo: unos 600 ejemplares.
Descripción de la raza:
La cabra pirenaica es una raza caprina de doble aptitud: lechera y cárnica. Tiene un peso medio, proporciones alargadas y una alzada media de 75cm. Su cabeza es grande y fuerte, y su encornadura tiene forma de hoz en las hembras y de tirabuzón en los machos.
Su ecología ha evolucionado hasta reunir unas condiciones perfectas para habitar climas fríos y de abundantes lluvias, propios de las montañas de mayor altitud. Por ejemplo, su pelaje es largo y abundante y sus ubres recogidas, condiciones indispensable para poder sobrevivir y moverse en alta montaña.
La capa típica de la raza es la franciscana: de color negro, con tonos blancos en extremidades y vientre. Aunque también existen variedades berrenda y cárdena (grises). Pasan gran parte del año en la montaña en semilibertad y alcanzan pastos inalcanzables para otras especies.
Origen: surgió a partir de los cruces del antiguo Cavall Català —raza eumétrica de tiro ligero extinguida a mediados del siglo XX— con razas pesadas europeas, principalmente Bretones, Comtois y Ardeneses, y ha mantenido sus cualidades de rusticidad, adaptación al terreno y buena fertilidad.
Como consecuencia de su origen racial multiétnico, presenta una gran diversidad morfológica.
Sin embargo, las especiales características orográficas y ambientales de los Pirineos, terminaron confiriendo, a este ganado mestizo, un sello más o menos particular y característico.
Censo: más de 5.000 ejemplares.
Descripción de la raza: Estos animales de temperamento tranquilo, pero vivos, ardientes y vigorosos, podemos clasificarlos como de plástica sublongilínea, formato subhipermétrico a hipermétrico y perfil frontonasal subcirtoide (subconvexo).
La altura en la cruz oscila entre 1,45 y 1,60 metros, según el sexo, y es una raza semipesada a pesada, con un peso vivo entre 650 y 750 kg.
Muy rústicos, longevos y sobrios, con una gran facilidad de parto y notables aptitudes maternas por en la cría, su principal orientación productiva es hacia la producción y venta de potros de seis en ocho meses de edad, criados en régimen extensivo. Presenta una gran variedad de pelajes, aunque que aquellos considerados como básicos son: el alazano, el castaña y el negro en sus diferentes tonalidades. Así consta en su Estándar Racial y por eso son priorizados.
El año 2007 se creó la Federació d’Associacions de Criadors de Cavall Pirinenc Català.
Origen: esta raza es fruto del cruce de las primeras importaciones de ganado de origen suizo se hicieron en la Valle de Aran en 1880. Estos animales se fusionaron con la vaca del país por dar animales de triple aptitud.
Censo: más de 30.000 ejemplares.
Descripción de la raza: pertenece al tronco alpino. Son animales de proporciones armónicas y eumétricas con tendencia longilínea. Las hembras pesan de 550 a 600 kg y tienen una altura en la cruz de 140 cm, mientras que los machos llegan a pesar de 1.000 kg. La cabeza presenta un frente ancho y plano, y orejas de tamaño grande con muchos pelos blanquecinos en la parte interna. Los cuernos suelen ser en forma de lira baja, de sección redonda, de color blanquecino y con punta negra.
El cuello es recto y de longitud media en las hembras y más corto y ligeramente convexo en la línea superior en los machos. Tienen el pecho ancho y profundo y costillas llanuras, anchas y bien arqueadas; la cruz es poco elevada, poco marcada y ancha. Los lomos rectas y anchas, moderadamente largos. La grupa está bien desarrollada, con una inserción de la cola bien marcada. Los testículos deben ser bien desarrollados mientras que la ubre debe tener volumen medio y bien implantado, con los pezones proporcionados. Los huesos, ligamentos y articulaciones están bien definidos. La capa debe ser de color pardo, a menudo con degradaciones cromáticas en los ojos, hocico, axila, ubre y línea dorsal.
Se explota para la producción cárnica en régimen extensivo. Es rústica, buen pastoreo y de precocidad media. El sistema de producción es de tipo valle – puerto, basado en el aprovechamiento de prados y forrajes; la baja carga ganadera el cataloga como típicamente extensivo, con una distribución
de partes que sigue el ciclo de producción de forrajes.
El año 1990 se creó la Federació Catalana de la Vaca Bruna dels Pirineus (FEBRUPI).
Origen: Esta minoritaria población, de los Pirineos leridanos, es el ejemplo más típico de raza en “estado reliquia” que hay en Cataluña. Los aproximadamente 30 individuos que restan representan los últimos vestigios de las ancestrales vacas de estas comarcas, las cuales se fueron cruzando, a principios de s. XX, con vacuno lechero importado de Suiza (Bruna Alpina), dando lugar a través de cruces repetidos y selección hacia caracteres de tipo cárnico en la actual población que conocemos con el nombre de “Bruna de los Pirineos”, ampliamente extendida en la zona y que actualmente representa el 80% de las vacas de aptitud cárnica que existe en Cataluña.
El origen de estos animales es confuso y se pierde en la tradición oral de sus habitantes. Según recopilaciones realizadas por diferentes pueblos pirenaicos, parece ser que las primeras vacas llegaron hacia 1750, procedentes del norte de Europa, en Casa Tort de Alòs d’Isil (Pallars Sobirà), diseminándose posteriormente por todas las valles y comarcas colindantes. Por su morfología y origen geográfico se podrían incluir dentro el llamado Tronco Turdetà (Tronco Rojo Convex), conjuntamente con la raza Pirenaica, con la que ha compartido hábitat durante varios siglos.
La primera mitad del siglo XX representa la época de su máximo esplendor, cuando de uno 50 a un 70% de los efectivos bovinos de éstas comarcas pirenaicas eran de esta raza –la memoria de la raza está todavía viva en muchos ganaderos–. Los animales pallareses, como tales, fueron disminuyendo progresivamente. A principios de la década de los 80, únicamente el 15% de los efectivos bovins eran de la raza. Estos animales de pelaje blanco (principal característica definitoria) fueron quedando esparcidos y diseminados, cada vez en menor número, por masías y bordas de los Pirineos, llegando a la actualidad hasta su práctica extinción.
La conservación de estos animales es, por tanto, objetivo principal e ineludible para salvaguardar este patrimonio genético autóctono de indudable interés histórico y cultural.
Censo: unos 50 individuos.
Descripción de la raza: Morfológica y productivamente es muy parecido en la Bruna. El principal rasgo diferencial respecto a ésta es la coloración uniformemente blanca de la capa. Aunque en sus orígenes fue, lógicamente, de triple aptitud, hoy en día de la destina a la producción de carne ecológica, criándose en régimen extensivo durante todo el año por su gran rusticidad y adaptación al medio.
Vaca muy dócil y manejable. Sin problemas de parto, aguanta muy bien en la alta montaña, donde suben hacia el mes de abril y no bajan hasta el diciembre. En invierno también quedan sueltas, y usan las instalaciones únicamente para criar. Es mucho capaz para soportar fuertes nevadas y aprovechar pastos en zonas de orografía escarpada.
Son individuos de proporciones armónicas y eumétricas con tendencia longilínea. Nacimiento de los cuernos en la línea de prolongación de la nuca; normalmente en forma de gancho, aunque también podemos encontrar en lira alta y baja, de sección redonda y de color blanquecino con las puntas negras.
La altura media en la cruz es de unos 136 cm; oscilando entre 575 a 625 kg de peso vive las hembras y de 625 a 650 kg los toros. Dan un buen ternero que engorda hasta la edad de un año, con un rendimiento en la canal del 60% (peso canal de 350-375 kg).